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viernes, 29 de abril de 2011

¿Como afrontan los cambios los bebes y ninos pequeños?

Los cambios no siempre son malos, si bien asustan.
Si son acompañándoos, consensuados y anticipados cuando es posible resultan una gran experiencia para nuestro hijos.Pero ¿Qué significa un cambio para un bebe y niño pequeño?


¿Cuáles son los diferentes cambios o crisis que puede atravesar un niño durante su infancia?
Algunos de ellos son:
-destete
-ingreso al jardín de infantes
-un cambio de colegio
-cambio de barrio
- separación de sus padres,
- a llegada de un hermano,
- alguna pérdida significativa…
-una intervención quirúrgica programada o no.



¿Cómo se los puede ayudar a vivirlos de la mejor manera?

Acompañándolos pueden ser vividos de otra manera.
Lo que sucede es que a veces estos cambios se presentan de manera inesperada y es muy difícil para un niño comprender lo repentino, lo inmediato, la sorpresa si no se lo ayuda.
Ya desde su nacimiento es importante ayudarlos a construir una personalidad fuerte pero no rígida, plástica pero no débil.

Esto significa darles herramientas para que en caso de tener que vivir alguno de esta manera, puedan salir fortalecidos de la experiencia sin paralizarse ni actuar impulsivamente.

Algunas herramientas o tips para aliviar y transitarlos:


-Son, la valoración de la verdad de la palabra como un medio de comunicación entre padres e hijos.

- que se sientan parte, protagonistas e incluidos dentro de la familia. Que también puedan elegir y puedan acordar a su manera y según su edad.
Ya sea desde las cosas más sencillas como poder elegir qué comer y que no, o que ropa ponerse para ir a un cumple, hasta que puedan hacerse responsables de todos sus actos cuando vayan creciendo; (manejo de las monedas para el quiosco o administrar su mensualidad)

Un cambio implica siempre un desequilibrio pero temporario hasta que uno se va acomodando a la nueva situación. El tema es tolerar este tiempo intermedio en el cual el panorama se torna incierto para todos.
En un cambio siempre hay una renuncia voluntaria o no a un estado anterior, y la pérdida de algo “que se conocía”. Si se suman varias pérdidas simultáneamente, los niños pueden desestabilizarse por eso no es recomendable muchos cambios juntos.

Los efectos de los cambios a veces no se expresan claramente y con palabras
Si través de alguna conducta no deseable (berrinches, apatía, trastornos del sueño, comerse las uñas, no querer ir al colegio) o alguna enfermedad (anginas, bronco espasmos, fiebre, dolores de cabeza recurrentes...)

Para que un cambio no sea vivido como una experiencia que provoque vacío o desintegración, es necesario garantizar que algo bueno llega, que algo se gana, que se supone que será algo mejor y saludable para todos, aunque aun no puedan darse cuenta.

Pero si confía en sus padres y disfrutó a pleno de aquello que va a cambiar, sentirá a pesar del esfuerzo y la resistencia natural, que puede darle la bienvenida a nuevas experiencias y puede decirle “chau” a lo vivido cuando era más pequeño.


La presencia y actitud del padre o quien ocupe esa función y de las instituciones educativas son fundamentales para acompañar estos cambios y si es necesario dar el “empujoncito final” cuando a la mamá “le cuesta un poco más”.
Beneficios futuros si podemos atravesar estos primeros cambios con tranquilidad:
Adaptación a situaciones nuevas
Plasticidad
Flexibilidad
Creatividad
Aceptación
Tolerancia
Si son acompañándolos, consensuados, anticipados cuando es posible mejor aun.

Tomado del blog http://www.planetamama.com.ar

jueves, 7 de abril de 2011


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Buenos modales en los chicos

Para cualquier padre es una gran satisfacción escuchar que su hijo está bien educado. Inculcar a un niño buenos modales y normas de comportamiento le ayudará en el futuro en su proceso de socialización y le permitirá adquirir valores y actitudes imprescindibles para relacionarse con los demás.
La paciencia y el buen ejemplo son las principales herramientas para conseguirlo. Conseguir que un niño pida siempre las cosas "por favor" o que dé las "gracias" cuando recibe algo no es fruto del azar. Detrás de este logro persiste un importante trabajo educador por parte de las familias.
Ejemplo y reconocimiento

Los modales deben estar presentes en todo momento, tanto en el hogar como fuera de él. De nada sirve mostrar a los hijos un comportamiento idóneo en ambientes externos si en casa, con los demás miembros de la familia, no se repiten.
Principales pautas

"Por favor" y "gracias":
la repetición es la clave para que los niños incorporen estas dos palabras a su vocabulario de forma habitual. Desde muy pequeños, hay que utilizarlas al dirigirse a ellos e insistir en que las usen para que las entiendan como una fórmula mágica para obtener sus necesidades y para agradecerlo.

Saludar: un "hola" basta en las edades más tempranas, más adelante se les puede enseñar a incluir detrás de esta fórmula el nombre de la persona que se saluda. Decir "buenos días", "buenas tardes", etc. cuando se llega a un lugar, son costumbres que se deben inculcar de manera progresiva.

Interrupciones: llamar a la puerta antes de entrar, esperar el turno para hablar y no interrumpir las conversaciones de los demás son pautas fundamentales de buenos modales. Ya sea en casa o en actos públicos, los niños deben entender que cualquier momento no es bueno para hablar y que, si es imprescindible, deben pedir permiso para hacerlo.

Orden e higiene: el aspecto externo de un niño refleja su modo de actuar. Cuando estén capacitados, hay que enseñarles a asearse antes de salir de casa y mantener la pulcritud en la medida de lo posible, no hay que olvidar que son niños. Es fundamental inculcarles la importancia del orden, tanto con sus cosas como con las pertenencias de los demás y, en este último caso, que aprendan a respetar los objetos ajenos y a no coger nunca nada que no sea de ellos sin permiso.

Art escrito por MARTA VÁZQUEZ-REINA sacado del blog http://blog.mamasybebes.com